El Cabildo de Fuerteventura ha formalizado un convenio de colaboración con la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) Teguerey que permitirá ejecutar obras de restauración, conservación y consolidación estructural en el Taro de Teguerey, un inmueble catalogado dentro del Inventario de Arquitectura Tradicional de Fuerteventura y actualmente en propiedad de la SAT. El acuerdo se firma mientras la institución insular avanza en el proceso para adquirir el edificio, pendiente aún de la confirmación de los propietarios.
La presidenta del Cabildo ha subrayado la importancia de recuperar elementos etnográficos emblemáticos de la Isla, preservando conjuntos de arquitectura rural que forman parte de la identidad majorera. El Taro, cuya construcción se remonta a principios del siglo XVIII según fuentes orales, reúne elementos tradicionales como piedra, barro y cal, además de contar con un pozo en su interior.
El consejero de Infraestructuras, Blas Acosta, destacó que el inmueble “requiere una intervención urgente que no puede retrasarse más”, y recordó que asegurar la conservación de este edificio único supone “proteger una parte esencial del patrimonio arquitectónico y de la memoria cultural de Fuerteventura”. Actualmente, el Taro de Teguerey es el único ejemplo de este tipo de construcción que se mantiene en la isla.
El convenio tendrá una vigencia inicial de dos años, prorrogables, y faculta al Cabildo para intervenir provisionalmente en el inmueble en atención a su valor patrimonial y al interés público. La futura adquisición podrá realizarse mediante compraventa o, en su defecto, mediante expropiación.
El Taro de Teguerey, situado en el municipio de Tuineje, figura tanto en el Inventario del Plan Insular de Ordenación de Fuerteventura como en el Inventario de Arquitectura Tradicional por su singularidad. Se trata de una construcción de gran tamaño, de planta ovalada y posiblemente dos alturas, a la que históricamente se le han atribuido distintas funciones —taro, tahona, pozo o molino de yeso— y que mantiene una cubierta a dos aguas. Su estado de conservación es deficiente, lo que justifica la necesidad de una intervención inmediata.



