Las mujeres de la zafra del tomate comparten sus vivencias en la Biblioteca de Gran Tarajal

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Miembros la asociación Acaicate transmitieron sus testimonios sobre un tiempo de prosperidad en el muelle de Gran Tarajal y trabajo desde el amanecer hasta la puesta de sol

Las mujeres de la zafra del tomate han compartido testimonios y vivencias en una nueva cita del ciclo Encuentros con el Patrimonio’, un foro de intercambio puesto en marcha recientemente por la Consejería de Patrimonio Cultural del Cabildo de Fuerteventura, que dirige Rayco León.

Un total de cinco mujeres de la zafra dieron a conocer sus experiencias al público de la Biblioteca de Gran Tarajal, en un debate abierto y participativo moderado por Fátima de San Ramón Marrero. La actividad contó con la participación de las componentes de la asociación Acaicate: María Viera Saavedra, Ramona Martín Martín, Isidra Hernández Melián y Josefa Rodríguez Hernández. Todas ellas componentes de la asociación Acaicate.

Desde principios del siglo XX, el cultivo del tomate se convirtió en una de las principales actividades económicas, especialmente en el sur de Fuerteventura. Muchas mujeres de distintos lugares de Fuerteventura, e incluso de otras islas, se encontraban en Gran Tarajal para desarrollar labores de cultivo y empaquetado. Se quedaban en cuarterías que las mismas empresas cedían. En ocasiones, las trasladaban a otras islas como Tenerife o Gran Canaria (Aldea de San Nicolás), donde sólo les daban un bocadillo para pasar la noche.

Pero no sólo rememoraron el sacrificio del trabajo diario desde el amanecer hasta la puesta de sol, sino también un tiempo de prosperidad en el Muelle de Gran Tarajal, lleno de “vida e ilusión”, lugar de devenir de barcos y correíllos. Una experiencia bonita con las compañeras trabajando la tierra, entre cantos de zafras y otras canciones pintorescas, y con un producto majorero de calidad como el tomate.

Las protagonistas

Desde muy pequeña, Fátima Marrero (Tuineje, 1962) tenía la afición y sensibilidad de hablar con las personas mayores y recuperar sus vivencias. En 2008 fundó la asociación Acaicate para difundir y recuperar las tradiciones de Fuerteventura y, en especial, lo que supuso para estas mujeres los trabajos en la zafra del tomate.

Según explica Marrero, para todas las mujeres de Acaicate resulta muy enriquecedor contar sus experiencias de vida y escuchar las del resto de componentes. La asociación les ha ayudado a sentirse de nuevo realizadas y, según ellas mismas relatan, les ha dado vida, ilusión y libertad.

María Viera Saavedra nació en 1947 en Jandía y se crío en Cofete. Comenzó a trabajar en los almacenes de tomates a los once años, tanto en la Aldea (Gran Canaria), como en Gran Tarajal.

Ramona Martín Martín nace en 1941 en Las Casitas (Tuineje). Trabajó preparando la tierra, plantando tomateros y dedicándose a la casa desde que su madre falleció a sus once años. Con 18 años se casó y tuvo siete hijos que crío en el campo en Violante.

Isidra Hernández Melián procede de Tiscamanita, donde nació en 1953. Allí vivió muchos años hasta que se mudaron a Gran Tarajal y a los 15 años empezó a trabajar en los tomateros.

Josefa Rodríguez vino al mundo en 1943 en Gran Canaria. Se trasladó a Fuerteventura con su familia donde trabajó en los tomateros. Su madre y hermana mayor trabajaron en los almacenes de empaquetados en los que empezó también a trabajar antes de cumplir doce años. Aunque el trabajo era muy duro, guarda buenos recursos con mujeres de otros lugares de la Isla.

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