La isla de Fuerteventura pone en marcha un Plan de Acción coordinado en la Red Canaria de Reservas de la Biosfera

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Marlene Figueroa: “necesitamos una estrategia que afronte los retos de las reservas en la actualidad, con más gobernanza y divulgación sobre el necesario equilibrio entre el medio ambiente y quienes lo habitamos y que nos proteja frente a las amenazas”

Fuerteventura ha participado en la reunión de la Red Canaria de Reservas de la Biosfera, celebrada el pasado viernes en Lanzarote, subrayando la necesidad de más gobernanza y capacidad de gestión para afrontar los importantes retos sociales y medioambientales que afrontan las Islas en la actualidad, así como implementar y coordinar acciones divulgativas y de sensibilización sobre los valores y recursos de las siete Reservas del archipiélago que pongan en valor la importancia de ser reservas e islas.

La reunión ha servido para definir el marco de trabajo destinado a diseñar un Plan de Acción de la Red Canaria de Reservas de la Biosfera que, a partir de las singularidades de cada una de ellas y de un profundo análisis y diagnóstico, deberá incidir en actualizar la estrategia común para los próximos años. También se ha subrayado la importancia de facilitar herramientas más ágiles para que las asociaciones, universidades, centros de investigación y las propias instituciones puedan acceder y justificar adecuadamente las ayudas que reciben con cargo a fondos Next Generation (MRR) en materia de transición ecológica lucha contra el cambio climático.

La Consejera de Turismo, Reserva de la Biosfera y Economía Azul del Cabildo de Fuerteventura, Marlene Figueroa, presente en la reunión también en calidad de representante de la Federación Canarias de Islas (FECAI), ha subrayado que las Reservas de la Biosfera Canarias han sido precursoras del desarrollo del concepto de sostenibilidad integral que no se limita solo a fomentar la preservación de la naturaleza, sino que abarca también el desarrollo social, cultural y económico de las personas que habitan en ellas en armonía y equilibrio con el entorno.”

En este sentido, ha seguido diciendo Marlene Figueroa, “el entorno no es solo un espacio que hay que proteger por sus valores naturales o etnográficos, también hay que asumir el equilibrio con quienes viven en él o de él, ya que en muchas ocasiones significa incluso el sustento, y desde luego hay que protegerlo ante las amenazas que se ciernen sobre estos espacios insulares, frágiles y muy valiosos”.

La Red Canaria de Reservas de la Biosfera tiene una extensión de 820.120 hectáreas, de las que algo más de la mitad son terrestres y el resto son marinas e incluye a la isla de La Palma que fue declarada Reserva de la Biosfera en 1983, Lanzarote (1993), El Hierro (2000), Gran Canaria (el 46% de la Isla) (2005) y Fuerteventura (2009). En julio de 2012, el Consejo Internacional de Coordinación del Programa MAB, reunido en París, declaró también a la isla de La Gomera. Finalmente, en 2015, se declara como reserva de la biosfera, en Tenerife, el Macizo de Anaga. 

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