La Corporación insular ha presentado las alegaciones al Plan de Transición Energética de Canarias (PTECAN) que de llevarse a cabo podría crear un impacto sin precedentes en Fuerteventura
En su objetivo de defender el paisaje, el territorio y los recursos naturales majoreros, el Cabildo de Fuerteventura ha presentado este mes de agosto sus alegaciones al Plan de Transición Energética de Canarias 2030 (PTECAN). Un plan que delimita los ámbitos para instalar infraestructuras de energías renovables en las islas y que podría ocasionar un impacto sin precedentes en el paisaje y el territorio de Fuerteventura.
La presidenta del Cabildo, Lola García, manifiesta que “no podemos permitir que se invadan las competencias del Cabildo y que se planifique desde los despachos para responder a intereses de grandes multinacionales, dañando el medio rural y natural majorero”. “Por eso, lo primero que hemos hecho al llegar al Cabildo es estudiar la situación y pedir la suspensión del proceso o ampliación del plazo para presentar alegaciones que ya hemos formalizado”.
Los informes elaborados por los diferentes servicios del Cabildo concluyen que la zonificación que propone el PTECAN para la instalación de sistemas de energías renovables no está suficientemente justificada, analizada ni motivada. El servicio de Ordenación del Territorio, que dirige Nereida Calero, advierte en su informe de que el PTECAN invade competencias del Cabildo en planificación territorial y no estudia ni se ajusta a las particularidades energéticas de Fuerteventura.
Por su parte, el servicio de Medio Ambiente, que coordina Carlos Rodríguez, indica que la planificación del PTECAN es contraria a lo que determina la Ley del Suelo y de los Espacios Protegidos de Canarias, porque no prevalece en ningún momento la protección ambiental sobre la ordenación. Un principio que recoge la mencionada ley en su artículo 5.
Asimismo, el PTECAN se adentra en espacios naturales protegidos, estableciendo como zonas aptas para la energía solar y eólica el Parque Natural de Jandía, el Parque Rural de Betancuria, el Paisaje Protegido de Malpaís Grande, el Monumento Natural de Cuchillos de Vigán, el Paisaje Protegido de Vallebrón, el Monumento Natural Montaña de Tindaya, Monumento Natural de Malpaís de la Arena y Parque Natural de Corralejo.
Además, el PTECAN interfiere en siete zonas de especial conservación (ZEC) y ocho zonas de especial protección para las aves (ZEPA) de norte a sur de Fuerteventura. Tampoco se han tenido en cuenta los planes de recuperación y conservación de especies protegidas como el guirre o la hubara que presentan un alto riesgo de impacto respecto a estas instalaciones, según estudios científicos del propio Gobierno de Canarias. De hecho, según alerta el informe de Medio Ambiente, las áreas de mayor sensibilidad de la hubara canaria se encuentran dentro de las zonas aptas de energía eólica y fotovoltaica establecidas por el PTECAN.
Dicho informe considera que “la implementación de placas solares podría ser compatible en los espacios protegidos podría ser compatible siempre y cuando se integren en edificaciones ya existentes. Las energías renovables que no se desarrollen en esas circunstancias se consideran ajenas a la finalidad de protección de dichos espacios”.
Por su parte, desde el servicio de Patrimonio Cultural incide en la amplitud que tiene tanto el PTECAN como de los bienes arqueológicos y etnográficos de Fuerteventura, que se distribuyen por todo el territorio insular. Por este motivo, cada proyecto específico
Que afecte al territorio, el promotor debería aportar un estudio o informe patrimonial para cuantificar y analizar su posible repercusión sobre los bienes culturales, así como establecer las medidas preventivas, correctoras y compensatorias de las posibles afecciones.
Lola García concluye afirmando que “los ayuntamientos han presentado también sus alegaciones y esperamos que sean tenidas en cuenta y que se elabore un documento de manera consensuada con la Isla”.