El pasado 5 de abril, Fuerteventura alzó la voz en defensa del derecho a una vivienda digna. La movilización, convocada por el Sindicato de Inquilinas, reunió a decenas de personas en una jornada de protesta contra la especulación inmobiliaria, el abuso del alquiler vacacional y la falta de políticas públicas efectivas.
Bajo el lema “Las casas son para vivir, no para especular”, el colectivo denunció que en la isla los alquileres se han duplicado en menos de diez años, y que una de cada tres familias dedica más del 50% de sus ingresos al pago del alquiler, lo que ha llevado a muchas personas a situaciones de pobreza y precariedad.

“Una persona joven tendría que destinar el 94% de su salario para poder vivir sola. No es sostenible”, señalaron las portavoces del Sindicato.
La manifestación también visibilizó la problemática de las más de 15.000 viviendas que han pasado al uso turístico en solo un año, y la falta de gestión del parque público por parte de organismos como Visocan, que ni siquiera dispone de datos actualizados sobre las viviendas bajo su responsabilidad.
Desde el colectivo también se alzó la voz contra los desahucios y la criminalización de la okupación como respuesta desesperada ante la falta de alternativas.
“No vamos a permitir que nos arrebaten el derecho a un hogar digno. La vivienda no puede seguir siendo un negocio. Esto no es una crisis, es una estafa”, afirmaron durante la lectura del manifiesto.
La jornada finalizó con una llamada a la unidad, la resistencia y la creación de redes vecinales para seguir luchando por una vivienda accesible, segura y garantizada como derecho fundamental, no como mercancía.